Vamos a hablar del sistema tradicional de depuración de piscinas cloro y pH, y de la importancia que tiene el control del pH, en nuestra piscina. Cloro y pH El agua de nuestra piscina debe ser filtrada para eliminar suciedades y evitar que el agua en conjunto con materia orgánica se degrade o pudra, además el agua contiene bacterias y otros microorganismos que es necesario eliminar, para ello se añade una cantidad mínima de desinfectante llamado Cloro, que actuara bajo la forma de acido hipocloroso destruyendo las bacterias y oxidando la materia orgánica, el nivel ideal de cloro en nuestra piscina de obra, está entre 1-1,5 partículas por millón. La calidad del agua también dependerá de otro factor, este es el PH, es lo que se llama mantener un grado de pH o acidez correcto. Si el agua de nuestra piscinas de obra tiene un pH menor de 7,tendremos entonces un agua acida, mientras que si pH es mayor de 7 tenemos un agua llamada básica o alcalina. Para que el agua de nuestra piscinas de obra, sea apta para el baño y podamos disfrutar sin problemas y complicaciones de nuestra piscina de obra el PH del agua debe mantenerse entre 7,1 y 7,6. Manteniendo el pH de del agua, de nuestra piscina de obra, entre estos valores además de permitirnos el baño, incrementara la acción anti bactericida del cloro. Controlar estos niveles y conocerlos es fácil mediante test de control, el control tanto del cloro como del pH se puede hacer manualmente de forma fácil, en los que añadimos unas gotas de producto químico y el agua muestra una intensidad de color diferente según el grado de Cloro y pH. Tendremos las escalas según tonalidad de color dependiendo de los que estemos observando, cloro o PH. ¿Qué importancia tiene controlar el pH del agua de nuestra piscina? El cloro en el agua de la piscina se disuelve en dos partículas: ión hipoclorito y ácido hipocloroso. De estas dos partículas el ácido hipocloroso, dependiendo de la temperatura del agua, estará entre ochenta y trescientas veces más desinfectante que las partículas de Ión hipoclorito. Si tenemos un pH=7 las proporciones de estas partículas son 75% ácido hipocloroso y 25% ión hipoclorito, pero el problema viene de que según aumente el valor del pH esta proporción se va decantando hacia el ión hipoclorito. Con un pH=7,5 la proporción de partículas esta al 50% y con un pH=8 la proporción pasa a ser de un 20% de ácido hipocloroso y un 80% de ión hipoclorito. En estos momentos hemos perdido la propiedad desinfectante del cloro aportado al agua de nuestra piscina, no siendo adecuada para el baño. Este aumento del pH conlleva que el nivel de desinfección del cloro se ve seriamente disminuido y de que sea necesario su mantenimiento entre los valores 7,2 y 7,6 para conseguir una eficacia del cloro optima y no sobrecargar químicamente el agua de nuestra piscina. ¿Por qué no bajar el pH a valores entre 6,8 y 7,2 y tener un nivel aun mayor de acido hipocloroso? No es aconsejable debido a las cloraminas. Las cloraminas son subproductos del cloro resultando del proceso de desinfección del cloro libre y se denomina también “cloro residual”. Este cloro residual no es ningún problema si el pH es superior a 7,2 ya que el cloro libre oxida estas cloraminas, pero si el pH pasa a estar por debajo de 7, de alcalino a acido, se forman tricloraminas que no pueden ser oxidadas y aumentan su concentración conforme aumente el cloro libre. Las tricloraminas son las causantes de ese reconocible “olor a cloro” y pueden provocar irritación de ojos y piel, algo que nos resta el confort de baño en nuestra piscina de obra. Opinión El mantenimiento de las piscinas no debe convertirse en un trabajo arduo, debe ser un habito y no debemos descuidarlo ya que al mínimo desliz perdemos esa transparencia que tanto gusta y fuera de lo estético, además podría llegar a ser una fuente de infecciones. Si utilizamos cloro, debemos vigilar asiduamente el pH, ya que la eficacia del cloro depende de él y mantenerlo en los valores idóneos de entre 7,2 y 7,6 esto contribuye además a un menor gasto de cloro y por tanto un ahorro económico.